EL CRISTO
INTERNO
Todo aquel que Encarna al Budha es un
Budha. Toda Budha que renuncia a la felicidad del Nirvana por Amor a la
Humanidad puede alcanzar la Iniciación Venusta. Quienes logran llegar a esta
Iniciación, Encarnan al Cristo interno. Esa es la Navidad del Corazón.
Inútilmente habrá nacido Cristo en Belem si no nace en nuestro corazón también.
Necesitamos celebrar la Navidad del Corazón y esto sólo es posible encarnando a
nuestro Resplandeciente Dragón de Sabiduría, el Cristo Intimo.
El siempre se encarna en sus Budhas de
Perfección para salvar el mundo. Él viene siempre al Pesebre del Mundo para
luchar por la Redención de todos los seres humanos. El no es un Individuo
Humano ni Divino. Él es el Verbo, el Ejército de la Voz, la Gran Palabra, la
Unidad Múltiple Perfecta.
Es urgente que el Verbo se haga carne en
nosotros y esto sólo es posible Encarnando al Cristo Intimo. Entre los Egipcios
el Cristo es Osiris y todos aquellos que lo Encarnaban se consideraban
Osirificados. Hermes fue un Osirificado. Entre los Griegos Cristo es Zeus. En
el culto de Zoroastro, Cristo es Ahura Mazda. Entre los Tibetanos Cristo es
Yama-Raja. En el México Azteca Cristo es Quetzalcoatl, etc.
En todas las Teogonías Religiosas Cristo
nace en un pesebre humilde. En todas las Teogonías Cristo es siempre hijo de
una Virgen y el resultado de una Inmaculada Concepción del Espíritu Santo.
Realmente Cristo es Hijo de una Madre
Divina, virgen y siempre Virgen en el Parto, antes del Parto y después del
Parto. La Madre Divina tiene al Niño en sus brazos. Ella es el Kundalini, la
serpiente Ígnea de nuestros Mágicos poderes. Cristo sin la serpiente no puede
hacer nada. La Serpiente de Fuego es la Virgen Madre.