viernes, 18 de abril de 2014

EL CUERPO DE LA VOLUNTAD CONSCIENTE



EL CUERPO DE LA VOLUNTAD CONSCIENTE


Las gentes creen que tienen voluntad conciente cuando en realidad sólo tienen deseos que concentrados en tal o cual dirección son dominados falsamente como fuerza de voluntad, cuando en realidad sólo es fuerza del deseo.

Necesitamos adquirir el cuerpo de la voluntad consciente. Este es conocido en la literatura ocultista como cuerpo causal. Fakires, Monjes, Yoguis y Gnósticos, coincidimos todos en el propósito de adquirir el cuerpo de la voluntad conciente, porque sabemos muy bien que dicho cuerpo es el que nos hace inmortales en el sentido más completo de la palabra.

Realmente sólo es posible adquirir dicho cuerpo con el Maithuna, Magia Sexual, o Arcano A.Z.F.

El Fakir logra el dominio de su cuerpo físico y Vigoriza su fuerza de voluntad pero no logra adquirir el cuerpo de la voluntad conciente.

El Monje, logra el completo control de sus emociones pero no consigue el cuerpo de la voluntad conciente.

El Yogui, logra el control total sobre su mente pero no logra adquirir el cuerpo de la voluntad conciente.

Fakires, Monjes, Yoguis, tienen que resolverse a trabajar tarde o temprano con el Hidrógeno SI-12 con el propósito de adquirir realmente el cuerpo de la voluntad conciente.

El excedente del Hidrógeno SI-12 después de haber cristalizado como cuerpo mental, necesita de un Shock adicional que lo colocará en la nota Do de una cuarta octava de la escala musical

La Cuarta Octava de la escala musical origina la cristalización del Hidrógeno SI-12, en la forma resplandeciente del cuerpo de la voluntad conciente, que nos hace inmortales.

El excedente del Hidrógeno SI-12 no gastado en el cuerpo mental, se convierte entonces en Hidrógeno 6 con el cual se alimenta el cuerpo de la voluntad conciente.

Sólo quien ya tiene el cuerpo de la voluntad consciente posee realmente eso que se llama voluntad verdadera. Quien posee el cuerpo de la voluntad consciente ya no es victima de las circunstancias; es capaz, muy capaz de determinar las circunstancias, ya éstas no lo determinan a él.




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