MUERTE MISTICA
Mucho es lo que hemos sufrido con los
hermanos del movimiento gnóstico. Muchos han jurado fidelidad ante el Ara de
los Lumisiales. Muchos han prometido solemnemente trabajar en la gran Obra del Padre hasta su
Auto-realización total. Son muchos los que han llorado jurando no retirarse del
Movimiento Gnóstico, jamás en la vida. Empero y es doloroso decirlo, todo ha sido
vano, casi todos huyeron, se tornaron enemigos, blasfemaron, fornicaron,
adulteraron, se fueron por el camino negro. Realmente estas terribles
contradicciones del ser humano tienen un fundamento fatal, una base trágica.
Dicho fundamento es la Pluralidad del Yo.
Es urgente saber que el Yo es un conjunto
de Elementarios, legión de diablos que se reproducen en los bajos fondos
animales del hombre. Cada elementario es un pequeño yo que goza de cierta
auto-independencia. Estos yoes, estos elementarios diabólicos, riñen entre sí.
"Debo leer el periódico, dice el Yo Intelectual. Iré a dar un paseo en
bicicleta, contradice el Yo Motriz. Tengo hambre, declara el yo de la
Digestión. Tengo frío dice el Yo del Metabolismo, y no me lo impedirán exclama
el Yo Pasional en defensa de cualquiera de estos yoes". Vienen luego los
siete pecados capitales. Cada uno de ellos está personificado por un Yo
Elementario. Ira, Codicia, Lujuria, Orgullo, Envidia, Pereza, Gula. Estos son
los siete "yoes" diabólicos que viven dentro de nosotros mismos. Después
sigue la legión de defectos secundarios. Total el Yo es Legión de Elementarios
Diabólicos. Estos elementarios; ya fueron estudiados por Franz Harman, viven
dentro de los bajos fondos animales del hombre, comen, duermen, se reproducen y
viven a expensas de nuestros principios vitales.
Cuando llega la muerte algo continúa, ese
algo es la Esencia, el Fantasma del Muerto. Así como dentro de la caja craneana
está el cerebro, así como dentro de la caja toráxica están los bronquios, el
corazón, etc., así también dentro del fantasma del muerto está el Yo
Pluralizado. Cada uno de los elementarios que en su conjunto constituyen el Yo,
se proyecta en los distintos niveles de la mente, y viaja ansiando la
satisfacci6n de sus deseos. El Yo se reencarna para satisfacer deseos. El Yo no
se puede perfeccionar jamás, porque el diablo es diablo y será diablo siempre.
El hombre es la ciudad de las nueve
puertas. Dentro de esa ciudad viven muchos ciudadanos que ni siquiera se
conocen entre sí, cada uno de esos ciudadanos, cada uno de esos pequeños yoes,
tiene sus proyectos y su propia mente, esos son los mercaderes que Jesús tuvo
que arrojar de su templo con el látigo de la voluntad. Esos mercaderes deben
ser muertos, ahora nos explicaremos por qué tantas contradicciones internas
dentro del individuo. Mientras existan los Yoes Elementarios no puede haber
paz. Los Yoes son la causa Causorum de todas las internas contradicciones. El
Yo que hoy jura fidelidad a la Gnosis, es mañana desplazado por otro Yo que
odia la Gnosis, el Yo que hoy jura amor eterno a una mujer, es desplazado
mañana por otro que la odia. Total el hombre es un ser irresponsable, no tiene
todavía un Centro Permanente de Conciencia. El hombre es un Ser no logrado.
El hombre todavía no es hombre, es tan
sólo un Animal Intelectual. Es un error muy grave llamar Alma a la Legión del
Yo; Realmente el hombre tiene dentro de su esencia el material psíquico, el
Material para Alma, pero todavía no tiene Alma. Los Evangelios dicen: ¿De qué
te valdrá ganar el mundo si vas a perder el alma? Jesús dijo a Nicodemus que
era preciso nacer de nuevo, nacer de agua y espíritu, para gozar de los
atributos que corresponden a un alma de verdad; es imposible Fabricar Alma si
no pasamos por la Muerte Mística. Sólo muriendo el Yo podemos establecer un
Centro permanente de Conciencia dentro de nuestra esencia interior. Dicho
Centro es eso que se llama Alma. Sólo un hombre con alma puede tener verdadera
Continuidad de Propósitos. Solo en un hombre con alma no existen las internas
contradicciones. Sólo donde no existen las internas contradicciones hay
verdadera Paz interior.
El Yo gasta torpemente el material
psíquico en explosiones atómicas de ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo,
pereza, gula, etc. Es lógico que mientras el material psíquico no se acumule,
el alma no puede ser fabricada. Para fabricar algo se necesita la Materia
Prima, sin la Materia Prima nada puede ser fabricado, porque de la nada, nada
sale. Cuando el Yo comienza a morir la Materia Prima comienza a ser acumulada.
Cuando la Materia Prima comienza a acumularse se inicia el Establecimiento de
un Centro de Conciencia Permanente. Cuando el Yo ha muerto absolutamente, el
Centro de Conciencia Permanente ha quedado totalmente establecido; El Yo es el
gastador, entonces el capital de materia psíquica se acumula, así se establece
el Centro Permanente de Conciencia. Dicho centro maravilloso es el alma. Sólo
puede ser fiel a la Gnosis, sólo puede tener continuidad de propósitos quien ha
establecido dentro de sí el Centro Permanente de Conciencia. Quienes no poseen
dicho Centro pueden hoy estar con la Gnosis y mañana contra ella, hoy con una
escuela, mañana con otra. Esta clase de personas no tienen existencia real.
La Muerte Mística es una tarea ardua y
difícil. El Yo se disuelve a base de rigurosa comprensión. La convivencia con
el prójimo, el trato con las gentes es el espejo donde podemos vernos de cuerpo
entero. En el trato con las gentes nuestros defectos escondidos saltan fuera,
afloran, y si estamos vigilantes entonces los vemos. Todo defecto debe ser
primero analizado intelectualmente y después estudiado con la Meditación.
Muchos individuos que alcanzaron la Perfecta Castidad y la Absoluta Santidad en
el Mundo Físico, resultaron Grandes Fornicarios y Espantosos Pecadores cuando
fueron sometidos a prueba en los Mundos Superiores. Ellos habían acabado con
sus defectos en el Mundo Físico, pero en otros Niveles de la Mente continuaban
siendo Grandes Pecadores. Sólo con el Análisis Intelectual y la Meditación Muy
Profunda, podemos comprender totalmente nuestros defectos en todos los Niveles
de la Mente. Cuando un defecto es totalmente comprendido en todos los Niveles
de la Mente, se desintegra su Elementario Correspondiente, es decir, muere un
pequeño Yo. Cada vez que muere un Elementario Fatal, (un Yo), nace en su lugar
algo nuevo: una virtud, un poder del Alma, una verdad, etc.