domingo, 20 de abril de 2014

SEGUNDO MENSAJE DE NAVIDAD DICIEMBRE 24 DE 1953



SEGUNDO MENSAJE DE NAVIDAD

DICIEMBRE 24 DE 1953


Dado por


EL MAESTRO AUN WEOR

Iniciador de la Nueva Era de Acuario


PARA LOS DEVOTOS DEL SENDERO


La Gnosis corresponde exactamente a la difusión de la doctrina de Nuestro Señor el Cristo, como enviado directo que es del Padre ante los hombres. "Nadie puede llegar al Padre sino por Mí" nos ha enseñado, y nosotros tenemos que seguirlo e imitarlo, si queremos llegar al Padre. Hasta el momento todas las religiones han enseñado la teoría de esta Santa Doctrina y en parte se ha logrado su difusión en el mundo; mucho se ha conseguido en este sentido, pero nosotros vamos ahora a enseñar a vivir esa doctrina en la práctica.

Los Gnósticos somos hermanos en Cristo, porque logramos formar a Cristo dentro de nosotros, tal como nos lo enseña Pablo de Tarso en la Santa Biblia.

Para formar a Cristo en nosotros seguimos fielmente el Sexto Mandamiento de la Ley de Dios: "NO FORNICAR", es decir, aprendemos a ser castos. Enseñamos por castidad, lo que real y efectivamente es: NO EYACULAR NUESTRO SEMEN, no perder nuestra simiente en el placer y la displicencia sexual con mujeres o con la esposa, con quien legítimamente hemos contraído matrimonio. Enseñemos a transmutar esa fuerza sin derrocharla, ese precioso Elixir de Vida, la preciosa Piedra Filosofal de que nos hablan las tradiciones; así nos hacemos castos, y con nuestra propia simiente formamos a Cristo dentro de nosotros, en nuestro corazón: Tanto la mujer como el varón tienen que hacerse castos; se pueden unir en matrimonio como hombre y mujer, pero no como los animales, porque el estado humano ya es superior al animal. Enseñamos a ser JUSTOS, CASTOS Y SANTOS en pensamiento, palabra y obra. Probamos que el adulterio rompe ante Dios los lazos sagrados del matrimonio.

Nosotros aprendemos a cumplir la voluntad del Padre, tanto en el cielo como en la tierra. Por ello la procreación en nosotros se verifica por obra y gracia del Espíritu Santo, o sea de Nuestro Señor Jehová, quien nos dirige e instruye en este sentido. Cuando El y sus Jerarquías lo estiman conveniente en una de nuestras uniones de Magia-Sexual con nuestra esposa sacerdotisa, permiten la salida de un solo espermatozoo el cual depositan en la matriz de la sacerdotisa o la esposa y queda fecundada así, por obra y gracia del Espíritu Santo; su parto será sin dolor y este hijo de la luz, un nuevo bienaventurado más, para gloria del Padre.

Los hijos del placer son hijos de la fornicación, son muertos vivientes, están expuestos a toda clase de males, los partos de sus madres son en medio de los más terribles dolores y su paso por este mundo es una dolorosa tragedia en medio de la más desconcertante incomprensión.

Nosotros hablamos de lo que vemos, palpamos y oímos, no entendemos de teoría, y afirmamos lo que sabemos, para que otros lo conviertan en realidad, llevándolo a la práctica. Somos como niños y como tales sabemos perdonar; sabemos que la doctrina de Nuestro Señor el Cristo es la doctrina del Amor y del Perdón; sabemos que el ODIO es el pecado más monstruoso, porque va contra la doctrina del amor, que es la doctrina de Nuestro Señor el Cristo.

Si queremos practicar la Doctrina del Mártir del Gólgota a quien la humanidad desechó para escoger a Barrabás, el empedernido ladrón y asesino, aprendamos y sigamos su doctrina, pero en la práctica; hagámosla carne y sangre en nosotros, imitemos su ejemplo y paguemos la deuda de nuestros antepasados al escoger entre el Cristo y Barrabás a este último. Paguemos nuestra ofensa proferida al Rey de los Cielos: imitemos su vida, y vivamos en la práctica su doctrina...

Que la paz más profunda reine en vuestros corazones.
GARGHA CUICHIN
(Julio Medina V.)
Ciénaga, Enero 13 de 1954.
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